jueves, 27 de enero de 2011

Escrito de Eloy aparecido entre mis recuerdos

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¿Cuántas veces he escuchado y/o leído aquello de lo maravilloso que es dejarse llevar? ¡Mil y una vez! Pero esta tarde esto se ha hecho realidad. Estaba paseando sin dirección, sólo trataba de estirar las piernas, huir un rato de la televisión, y en una terraza me encontré con Rasero. Me invitó a sentarme, él tenía unos folios sobre la mesa y me los mostró, era un poema para ti, su amigo Cañas. Lo leí y me gustó, hablaba de cosas que él y tú habíais vivido. Rasero me invitó por segunda vez a sumarme a una especie de homenaje a ti, ¿por qué no?
Nos conocíamos de años, nos respetábamos, pero desgraciadamente nunca cogimos una borrachera divina, y eso ahora me pesa, a veces llego tarde al sitio, aunque llego.
Recordamos tu paso por Niñamónica, Hambre y Moral, Poetas en Blanco, para todos nosotros los 80 fueron años de luz, arte y fiesta, eso sí, éramos pobres como ratas, pero la moral, eso sí, por las nubes, al final, todos sufrimos una crisis, cada cual la suya, pero eso hizo que nos comprendiésemos más, ahora recuerdo tu figura en el Cambalache y otros tugurios, tus “Buenas noche Eloy!”, mi “qué tal Fernando”...
Bueno, nos veremos, si es en el infierno mejor, allí montaremos happenins para envidia de Dios, con todos nuestros ídolos, agur, Fernando.
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Eloy G. Rube
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