Dulce animal
vagabundo de mis rincones
en la devastada geografía de la cama
dejas el olor de tu piel
y te disuelves en el aire
como un fluido azul.
Al llegar la madrugada
tengo una colección
de tus torpes besos
y el presentimiento de que
sólo piensas en el rojo satén
de mi ropa interior.
No deseo
un anillo de oro y diamantes
me basta con la resaca
de tus manos de madera pulida
y el dolor dormido
de haber tenido algo duro
dentro.
Dulce animal
vagabundo de mis rincones
el sabor salado te ha poseído
y has olvidado lo amargo
de las palabras vacías
como amor y libertad.
Te han devuelto a la imagen
del espejo roto
dulce animal
vagabundo de mis rincones
despreocupado, atrevido e ignorante
yo no soy ninguna religión para ti
y más de lo que puedas creer
ha ocurrido en la superficie
de nuestra epidermis.
Por eso yo sé
de esa torpe colección de besos
que adentrándose en el viento
no tendrán primavera.
Por eso yo sé
dulce animal
vagabundo de mis rincones
la importancia de un cigarrillo
a medias.
Foto: jose rasero
Bellísima poesía como siempre. Me encanta pasar por este espacio a leer a uno grande.
ResponderEliminarSaludos cordiales,
Hasta pronto.
Animal para morder
ResponderEliminarEs placentero entrar en este espacio donde la poesía se hace grande . Un abrazo
ResponderEliminarDistendido versar que complace leer.
ResponderEliminarcon cariño, esencia.
HERMOSO POEMA... CON ALMA... SENSUAL... BELLO... GRACIAS POR COMPARTIRLO...
ResponderEliminarUN ABRAZO...
A veces no somos más que eso, dulce animal, cuando la pasión desborda y los sentimientos son ambiguos. Gracias Jose por compartir los poemas de Fernando.
ResponderEliminarUn placer.
Besitos
Somos la dualidad racional animal... es bueno que dejemos pasear libremente las dos.
ResponderEliminarUn beso.
Qué maravilla de poema, realmente tu animal vagabundo es un duende que brilla en tu alma y poseedor de todos tus deseos. Hermoso blog.
ResponderEliminarBesos