sábado, 19 de junio de 2010

Una obra de arte andante













Tierna hasta el morbo
felinamente humana
y envuelta por el hoy
e inteligente satisfecha
contundente, libre
y hoy tan real.
Sí, aun fisiológicamente
qué ser más bello eres.
Tus manos, tus labios, tu piel,
tu voz, tus ojos, tu pelo,
tus expresiones
armónicamente androgínicas
con sutileza suspensiva;
una vez más
continúo en el lirismo platónico
mi imaginación inventa mordisco
tu yugular me devora el celo.

Alivian mi tedio tus excrementos
sin transportarme a la irrealidad
lo miserable me alienta
mientras lo localizable me hunde.


Foto: jose rasero

sábado, 12 de junio de 2010

Quien anda despierto

Quien anda despierto
es sólo porque no puede dormir,
no alcanza el sueño,
la cura de la oscuridad,
la inconsciencia.

La pura mezcla une
un ladrillo tras otro,
cárcel para el humo,
cárcel para ti, que te vas,
corazoncito desconocido.

En el desconcierto un amante
pide una leche con sal,
la amante come cortezas de cerdo,
el camarero habla de sus dos hijas,
lo que sueña no es una canción.

Según se gana o se pierde
alguien toca una zona húmeda,
un jardín delicioso, semiárido.

¿Acaso creéis que la angustia
da algo más que angustia
y que un hombre satisfecho
no es la mayor mentira?

Hay dos rubias corriendo
en un ferrari rojo,
tatuado en las uñas de sus pies
llevan el signo dionisíaco,
la tan cacareada embriaguez de Nietzsche.

A nadie le preocupa la ceniza
que cae de los árboles
porque tampoco descienden ángeles del cielo.

Las hienas que hacen
poesía en los sepulcros
somos nosotros,
con  nuestra mediocre maldad.
Mira estas palabras tibias
que caen sobre el suelo como babas.

                                                  (De Breve poemario de vesania)

domingo, 6 de junio de 2010

viernes, 4 de junio de 2010

Placentera masturbación



Un momento,
acaricie una de sus orejas,
ese planeta de concavidades,
curvas y montañas,
tactando en una
la excitante suavidad
de la piel tersa en ésta
e introdúzcase con sus dedos
en las diminutas curvas,
intrincadas y misteriosas,
deslizándose después
por su extremo exterior,
llegando a la tetilla,


todo un corazón de ternura
abierto al recreo
de su erotismo escondido
y juegue con ésta
y con toda la oreja,
pensando en el hombre o mujer
que debe sintiendo, espero,
la placentera imaginación
en ese extraño órgano.
Y si no ocurre nada
en sus sentidos
no se preocupe
uno tiene dos orejas.


*Fotografía cedida por Juan Reyes