viernes, 29 de octubre de 2010

Escucho el rugir del mar












Escucho el rugir del mar
a lo lejos, pero no muy lejos.
El maullar de un gato,
un vecino fregando los platos,
otra vecina cantando,
ahora el ladrido de un perro
y un eco de voces de albañiles.
El sol ma da de pleno en el pecho,
de fondo el sonido de una taladradora.
La vecina sigue cantando.
Confieso que esta letanía de ruidos
inflama mi corazón.
Los niños gritan, el mar los abraza
con su tierno rugido,
el silencio aparece y desaparece.
Los pájaros no dejan
su improvisación de gorgoritos
y pasa una gaviota por mi ventana
graznando su alegría
de las cuatro de la tarde,
es el silencio de las azoteas.

Foto: jose rasero

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2 comentarios:

  1. vengo y aprendo. Tu poeta me encanta José.

    Un fuerte abrazo.

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  2. Un alegre poema de Fernando.
    Yo tambien he escuchado esos mismos sonidos en esa azotea pero no he tenido esa sensibilidad para expresarlo en poemas.

    Un gran poeta...

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