miércoles, 17 de febrero de 2010

Ahora vivimos en blancas y solitarias habitaciones











Ahora vivimos en blancas y solitarias habitaciones
qué fue de aquella esperanza épica
aquel aire fresco que nos acarició el rostro
flotábamos como nubes nacaradas,
teníamos la frente limpia de cicatrices
y en nuestra piel el color del sol
borracho de arena, de sal, de gaviotas,
de noches hasta el amanecer
bailando desesperadamente nuestra edad
de bocas contra bocas sin preservativos.
Estábamos enfermos de un supuesto amor crónico
a Picasso, a Cortázar, a Coltrane.
Ahora me conformo con ser feliz
matando mosquito
y navegando con mi diente podrido
por la línea caliente del teléfono.
Ahora se mata lentamente no hay poción.
Y ahora en especial me acuerdo de John Coltrane
porque me sale de las pelotas.

Foto: jose rasero

2 comentarios:

  1. ya no navego en mi barco pirata, ahora navego a escondidas en mi ordenador ...

    ResponderEliminar
  2. Lo mismo, bello poema.

    Saludos cordiales,

    Hasta pronto.

    ResponderEliminar