miércoles, 24 de febrero de 2010

Recompongo en el espejo










Recompongo en el espejo
la mirada de chico bueno
pero mi cara cae sobre la luz
como una gota en un charco,
un ojo se va al sur
y la boca al noroeste.
Toqué el fresco aire de una placidez
parecido al de la carne de una hembra
y dormí con mis gatos un sueño
de sombras amables.
Desperté y era un armario vacío,
un maniquí sin ropa,
una flor en blanco y negro,
un marinero sin tatuaje.
Callan las golondrinas,
las sombras avanzan
en mi quietud de planta.
No corre el aire ni el agua,
cuando te vas todo queda
en una estática paz
de chimeneas sin humo.
Silencio en un mar de plomo.
Caigo al vacío.
Y ni siquiera un fin incierto.
No tengo más que de lo preciso.
Mi vida te echa de menos.

                                                             (A María)

Foto: jose rasero

4 comentarios:

  1. La ausencia lo que produce en nosotros, cada persona la vida de una forma tan distinta, pero en ti deja un bello poema triste.
    con cariño
    Mari

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  2. La vida, cargada de sensaciones, digamos que aprieta cuando se nota la ausencia.
    Saluds,

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  3. Siempre echamos de menos a aquellos que fueron parte importante en nuestros días y que hoy no están. Triste y bello poema.
    Un abrazo

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  4. La ausencia que tanto acerca y reclama. Así de paradojico es el amor en cualquiera de sus formas.

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